Miércoles, Noviembre 06, 2024

Los pedidos de Pfizer fueron escuchados. El 13 de marzo de había emitido un plan de cinco puntos en el cual solicitaba a la industria biofarmacéutica que se uniera a la compañía para comprometerse a una colaboración sin precedentes para combatir el COVID-19. A los pocos días se les sumó la empresa de biotecnología BioNTech y hoy acordaron una carta de intención para empezar con el desarrollo conjunto de una posible vacuna contra el coronavirus.

No son el único laboratorio que está trabajando contrareloj para encontrar una solución. Pero sí de los pocos que están desarrollando un serum basado en ARNm, con el objetivo de prevenir la infección por COVID-19. Las compañías han ejecutado un Acuerdo de Transferencia de Materiales y Colaboración para que las partes comiencen a trabajar juntas de inmediato. No es la primera vez que las empresas trabajaron juntas: avanzaron rápido en un acuerdo porque ya tenían una alianza de investigación y desarrollo que data del 2018 para desarrollar vacunas basadas en ARNm pero para la influenza, la gripe común.

La alianza apunta a acelerar el desarrollo del potencial programa de vacuna del ARNm COVID-19 de BioNTech, el primero en su clase, BNT162, que se espera que sea sometido a pruebas clínicas a finales de abril de 2020.

"Creemos que al combinar las capacidades de desarrollo, regulatorias y comerciales de Pfizer con la tecnología y experiencia en vacunas ARNm de BioNTech como uno de los líderes de la industria, estamos reforzando nuestro compromiso de hacer todo lo posible para combatir esta creciente pandemia, lo más rápido posible", agregó Mikael Dolsten, director Científico y presidente global de Investigación, Desarrollo y Asuntos Médicos de Pfizer. "Hay que movilizar recursos colectivos a una velocidad extraordinaria", agregó.



El desarrollo de la potencial vacuna se haría en algunos de los centros de investigación y desarrollo que las compañías, ambas cotizantes, tienen en los Estados Unidos y en Alemania, respectivamente. El acuerdo incluye, también, qué ocurrirá después: cómo serán los términos para desarrollar la vacuna pero también para su potencial comercialización durante los próximos meses.



Guerra de vacunas
China es un terreno caliente para las dos compañías que ya acordaron no distribuirlas allí. Es que el país asiatico tiene en desarrollo una vacuna propia desarrollada por el mismo Departamento de Defensa. Hace unos días declararon haber creado “con éxito” una vacuna contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 , causante de la neumonía COVID-19 , y autorizado las pruebas en humanos, aunque el texto no precisó cuándo comenzarían tales ensayos.



Según la información oficial, ya se realizaron ensayos clínicos en humanos para una vacuna contra el coronavirus. Detrás de este hallazgo se encuentra el equipo de investigación liderado por la epidemióloga Chen Wei, de la Academia Militar de Investigación Médica, dependiente de la Academia Militar de Ciencias. Según Chen, la vacuna -desarrollada en consonancia con “estándares internacionales y la regulaciones locales”- está preparada para llevar a cabo “una producción a gran escala, segura y efectiva”.



No son los únicos. Según datos de la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA), “hay 82 ensayos clínicos en marcha, más de 30 tratamientos que incluyen fármacos y una veintena de vacunas en vías de investigación”.



Thomas Cueni, presidente y portavoz de la entidad, destacó: “Las compañías biofarmacéuticas han movilizado sus recursos y han revisado sus prioridades para poner a trabajar a sus equipos e investigadores en el combate al Covid-19”.

Fuente: www.infotechnology.com